viernes, 27 de enero de 2012

Vivir no es solo respirar. Vivir es sentir, pensar, observar, mirar, escuchar, tocar, reír, llorar, querer, odiar, aprender, enamorarse, que te rompan el corazón y darte cuenta de que las cosas no siempre son sencillas. Vivir es caer de vez en cuando y volverse a levantar con más fuerza que nunca, vivir es superarse a uno mismo, es no rendirse nunca. Vivir es comprender que después del dos viene el tres y que si no luchas por lo que quieres nunca lo conseguirás.
Vivir es darse cuenta de que nunca has perdido una batalla si no la has luchado y si lo has hecho, jamás podrás perder puesto que ya habrás ganado tan solo por intentarlo. Vivir es conocer la felicidad en primera persona y que nadie te engañe diciéndote que no existe o que está fuera de tu alcance. Vivir es escribir tu historia a boli, sin tipp-ex, releyendo los errores una y otra vez para no volverlos a cometer. Vivir no solo es nacer, crecer, reproducirse y morir, vivir es darle un sentido a cada cosa que haces. Vivir es darse cuenta que la vida apesta pero sin tomarnosla demasiado en serio, total, no saldremos vivos de ella.

Dame una tregua

En el fondo, a todos nos gusta pensar que somos fuertes. Que vamos a poder con todo lo que nos venga encima, que pudimos con lo de ayer y que podremos también con lo de mañana. Pero más en el fondo, todos sabemos que eso no es verdad. Porque ser fuerte no consiste en ponerse una armadura antirrobo, ni en esconderse detrás de un disfraz; ser fuerte consiste en asimilarlo. En asimilar el dolor y en digerirlo, y eso no se consigue de un día para otro, se consigue con el tiempo. Pero como por naturaleza solemos ser impacientes y no nos gusta esperar, escogemos el camino corto. Escogemos el camino de disfrazarnos de algo que no somos y disimular. Sobretodo DISIMULAR... Sí, a todos nos gusta disimular los golpes, sonreír delante del espejo y salir a la calle pisando fuerte, para que nadie note que en realidad, lo que nos pasa de verdad, es que estamos rotos por dentro. Tan rotos que ocupamos nuestro tiempo con cualquier estupidez con tal de no pensar en ello, porque el simple hecho de pensarlo hace que duela...
Pero a veces, bueno… a veces tienes que darte a ti mismo permiso para no ser fuerte, bajar la guardia y darte una tregua. Está bien bajar la guardia de vez en cuando. No queremos hacerlo porque eso supone tener un día triste, uno de esos viernes que saben a domingo, un día de esos que duelen, de recordar y echar de menos. A los que ya no están, y a los que están, pero lejos. Sin embargo, hay momentos que es lo mejor que puedes hacer: darte una tregua. Poner tu lista de reproducción favorita, tumbarte en la cama, y llorar. Llorar todo lo que haga falta. Eso no nos hace menos fuertes; eso es lo que nos hace humanos.

viernes, 25 de noviembre de 2011

 
Estómago: DISCULPA POR LAS MARIPOSAS.
Cabeza: PERDÓN POR LAS CONFUSIONES.
Almohada: LO SIENTO POR LAS LÁGRIMAS.
Cuerpo: GRACIAS POR SOPORTAR AQUELLAS NOCHES SIN DORMIR.
Corazón: PERDONAME POR LA ILUSIÓN.

lunes, 21 de noviembre de 2011

A palabras necias oidos sordos, el intentar hundirme es cometer un error gordo.
 

sábado, 12 de noviembre de 2011

martes, 8 de noviembre de 2011

Que esta locura de amarte no puede acabar
por mucho que te entren las dudas de si eres tú el que me hace tan feliz.

domingo, 30 de octubre de 2011

domingo, 23 de octubre de 2011